MARÍA JESÚS MINGOT



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Hasta mudar en nada visto por...

"Si esos sonetos reclaman especial atención es porque en ellos parece haberse gestado ese lenguaje capaz de expresar incluso (o sobre todo) cuando parece neutralizar la significación y transitar en los límites del silencio. Aunque en distinta medida, ese lenguaje y la búsqueda que permitió alcanzarlo están presentes en todos los poemas del libro, incluso en los que, como "Trayecto", parecen más cercanos al relato de una experiencia cotidiana. Con intensidades diversas, queda siempre patente la voluntad de ejercer el necesario control que permite extraer de los significados y de la sintaxis el máximo vigor expresivo, y a la vez estructurar el poema hasta alejarlo claramente de las libertades y desidias de la prosa.

María Jesús Mingot publicó en 1997 "El vértigo de las cuatro y media", novela en la que un narrador adulto rememoraba su adolescencia y con ella su doloroso descubrimiento del amor y de la muerte. Ese narrador sabía ya que "es la costumbre la que nos reconcilia con la vida, la que nos procura esa serenidad que a veces confundimos con la dicha y casi siempre con la resignación", o que la esperanza que nos aferra al porvenir abre también "la posibilidad del desencanto, de que persista el mismo vacío, pero avivado por la espera". Ya entonces esas reflexiones y el relato que las justificaba estaban impregnados de una atmósfera lírica que exigía del narrador que finalmente se recordase recurriendo al poema para expresar lo más profundo y hasta inefable de sus sentimientos. Puedo imaginar que ese narrador es también el sujeto poético que dio unidad a los versos de "Cenizas" y después a los de "Hasta mudar en nada" en un continuado proceso de maduración expresiva. Consciente de los poderes y de las limitaciones de la ficción narrativa y de la reflexión filosófica, María Jesús Mingot ha sabido encontrar el lenguaje adecuado para acceder a esas revelaciones fugaces e inútiles que a veces identificamos como poesía." Teodosio Fernández Rodriguez. Catedrático de Literatura Hispanoamericana. UAM.

https://revistas.uam.es/bajopalabra/article/view/3656

El libro de María Jesús Mingot, de excelente factura y en el que no faltan, desde el mismo título, resonancias de la mejor tradición de la poesía castellana, se compone, en sucesión unitaria, de dos tipos de poemas, formalmente diferenciados en lo que a tipología estructural se refiere. Una primera parte la integra la serie de 13 sonetos. A partir de ahí se encadenan 31 poemas de extensión y métrica variable, aunque casi siempre dentro de una similar familia del endecasilábico.

Una primera lectura podría dar la sensación de cierta arbitrariedad compositiva, sin embargo, releídos los poemas con una mirada más relajada y atenta, surge una lógica, no por oculta, menos férrea y productiva.

Para empezar, los sonetos (bien medidos y bien acentuados sin ninguna duda, en su totalidad), se acercan y se alejan a la vez del modelo quevedesco que pareceráan servirle de referencia. Por un lado, los cuartetos no se someten al juego de las rimas ABBA, ABBA. Aunque siempre se ciñen al esquema de rima abrazada, cambian siempre de ABBA a CDDC, y los tercetos sólo respetan dos de las parejas de rimas (en casi todas las variantes posibles) y dejan siempre dos versos blancos. Es curioso, pero mi impresión es que ese aparente desequilibrio, al hacerse sistemático, produce una musicalidad que elude el sonsonete y otorga a los poemas una fluidez ciertamente notable.


Luego viene el juego numérico : 13 sonetos que componen, a su vez, un soneto de sonetos, cuyo verso catorce son los 31 restantes, igualmente libres en modos, medidas y rimas blancas. No me parece casual que el último soneto, titulado "Malos tratos" y el que abre la segunda parte, " Trayecto ", sean los más retóricamente legibles en términos confesionales (independientamente de que lo sean en origen o no).

Los poemas tienen casi siempre un tono peligrosamente cercano a la elegía, pero siempre consiguen no caer en ella. La noción de pérdida, de terror ante la acción devastadora del tiempo, son uno de los topoi más antiguos y más utilizados en poesía (y supongo que la impronta quevedesca tiene algo que ver aquí). Sin embargo, la autora consigue imponerles una distancia que enfría la anécdota y permite que surja la emoción. La posición de género, por otra parte, (que tan fácilmente hubiese servido de justificación temática en una tradición donde abunda el victimismo) es aquí manifestación de una huella, no síntoma de nada, y eso otorga a los poemas una dosis extra de dignidad".  

Jenaro Talens.  Poeta y ensayista español. Catedrático de Literaturas Hispánicas, Literatura Comparada y Estudios  Europeos en la Universidad de Ginebra. En la actualidad dirige la revista EU-topías.

"Desde la pasión hasta el tedio, desde el billete de autobús hasta Descartes, desde el horror mirado de frente hasta el deseo visto con una ironía piadosa, María Jesús Mingot exige y despliega en "Hasta mudar en nada" una atención a la vivencia que acaba arrastrando consigo todas las coordenadas. Más allá de la experiencia y del candor, una escritura en que entra la cualidad insólita del coraje se abre así al don sin remitente y, callando al final, superados los pronombres, deja en acorde el itinerario hacia el reconocimiento del soplo que habita en el bostezo y de la nada que es bendición- Con resonancias de la mejor tradición castellana y sabidurías de quien es también excepcional novelista, este libro es una apuesta paradójica por la dignidad." Carlos Piera. Poeta y ensayista. Profesor del departamento de lingúística de la Universidad Autónoma de Madrid.


Hasta mudar en nada visto por...

 

 



"Si esos sonetos reclaman especial atención es porque en ellos parece haberse gestado ese lenguaje capaz de expresar incluso (o sobre todo) cuando parece neutralizar la significación y transitar en los límites del silencio. Aunque en distinta medida, ese lenguaje y la búsqueda que permitió alcanzarlo están presentes en todos los poemas del libro, incluso en los que, como "Trayecto", parecen más cercanos al relato de una experiencia cotidiana. Con intensidades diversas, queda siempre patente la voluntad de ejercer el necesario control que permite extraer de los significados y de la sintaxis el máximo vigor expresivo, y a la vez estructurar el poema hasta alejarlo claramente de las libertades y desidias de la prosa.


http://www.redjif.org/bp/index.php?option=com_k2&view=item&id=338:gesto-que-escapa-hacia-el-recuerdo-sobre-la-poesia-de-maria-jesus-mingot&Itemid=131

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