MARÍA JESÚS MINGOT

 - He conocido el libro en galeradas, lo que da siempre una emoción añadida a la lectura. La primera reflexión me vino recordando unas declaraciones de un poeta joven, García Montero: "hubo un momento en que debido a, posiblemente, la gran industrialización, a eso que llamamos la globalización de la cultura, en que los poetas huyen y se meten en un mundo cerrado, esteticista. Los poetas se olvidan de la gente y la gente de los poetas. Pues bien, ha surgido una nueva generación de poetas que vuelven a buscar el centro humano, donde la poesía vuelve a ser un medio de entendimiento, un medio de comunicación y medio de explicación de los sentimientos."  

       "Cenizas" tiene tres partes que explican perfectamente lo que es el proceso de creación de un libro: Memoria del pasado, Olvido de la memoria y Cenizas que es lo que queda de todo lo anterior. 

       La grandeza de la poesía de Mª Jesús está en que, a través de su lenguaje, te lleva a una serie de estadios que explica perfectamente. Por ejemplo habla de "la infancia está frente al mar" y el mar está relacionado con la libertad; en efecto no hay estadio del ser humano en que hayamos sido libres de verdad, como la infancia. 

         Una de las cosas más difíciles en la poesía libre es el ritmo. Hay gente que piensa que la poesía libre (sin rimar) es muy fácil, porque con poner palabra tras palabra ya está hecho el verso, y no es así porque el resultado es prosa mal escrita. Lo importante de Mª Jesús es que en su primer libro de poemas ha sido capaz de imprimir un ritmo interior verdaderamente poético, muy dificil de conseguir. 

         El poemario contiene versos de una intensidad y una soledad tremenda.  Me parece que nos encontramos ante un hermoso libro de poemas. Estos poemas se entienden, emocionan, producen sentimientos, producen alegría, tristeza y sobre todo producen posiciones del poeta ante la vida.

Juan Antonio Labordeta, que fue diputado, cantautor y poeta y al que agradezco mucho su asistencia.

          Mª Jesús se emplea en las razones de amor con persuasión y turbulencias, y es que sabe que las emociones dan convicción al discurso, pero no el exceso, por eso su mundo roza la hiperestesia. Un lenguaje que hace de lo pequeño trascendencia y valoración de lo leve. 

          Heredera de los diarios poéticos sentimentales tan en boga hoy, el verso libre de María Jesús Mingot construye una poesía de la experiencia y la memoria desde la hendidura de lo frágil, un topos quebradizo, desde un lenguaje de la sencillez, que elabora un poema escrito racionalmente, es decir, figurativo  y realista simultáneamente, y con una base narrativa mínima que en España quizá tenga a Robert  Browning en los prolegómenos y a Jaime Gil de Biedma en los 50. La naturalidad casi conversacional no quiere decir descuido, sino que estamos ante una poesía en la que decir  corcel por caballo es hipocresía, o eso creía Stendhal.

Rafael Morales, Departamento de Filología española U.A.M.

          - Cuando me hablaron de presentar el libro de Mª Jesús, esperaba encontrarme un libro "aseadito", lo que no es poco a la vista de lo que nos encontramos publicado últimamente. Pero afortunadamente me equivoqué. El libro me cautivó desde el primer poema. A medida que nos vamos internando en él notamos que hay un pulso caliente tras una elegante sobriedad. Es éste un libro auténtico, hay expresión, sutileza, a veces un delicado juego de palabras "rumor de ola - rubor de ola" en el que lo que hubiera sido tópico se convierte en original y expresivo.

         Mª Jesús da alma a lo inanimado, personaliza lo inerte y hace que el ser humano no esté "en" la naturaleza, sino que hombre y naturaleza formen un todo único en el que ambos se entremezclan. 

          El libro es un libro caliente y vivo donde cada palabra está recién hecha; como hecha a medida. Es también un libro de expresión contenida, de palabra redonda y exacta. Es un libro eá el que hay filosofía y dolor y fuerza y esperanza y melancolía y amor. Y sobre todo hay buena poesía.

Margarita Arroyo, poeta.